Buenos días a todos los presentes, arquitectos, constructores, ingenieros, estudiantes y público en general.
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Para mí es muy grato y un honor inaugurar este “seminario país”, con el tema de nuestra reconstrucción y las oportunidades tecnológicas que se han generado en este nuevo proceso de desarrollo en las zonas afectadas a partir del 27F.
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Quiero agradecer, en primer lugar, al equipo organizador de los comités de tecnología y sustentabilidad del colegio de arquitectos ya que, gracias a su esfuerzo, preocupación e inquietud, se pudo congregar a algunos de los actores y responsables principales de las tareas de reconstrucción, a nivel de coordinación nacional a través del MINVU y de la Intendencia de la 8va Región en su rol de principal afectado.
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Asimismo, agradecer al instituto de la Construcción, por su preocupación para establecer marcos reglamentarios y normativos consensuados, y a todos los profesionales que han aportado en mayor o menor escala en esta importante cruzada que constituye una responsabilidad de todos.
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Las tareas de reconstrucción nunca han sido una “tarea fácil” en Chile y menos para las instituciones del estado, que históricamente con todo su aparato burocrático instalado, impide la velocidad de las soluciones concretas en los plazos requeridos por los afectados, lo que indudablemente provoca descontento y amargura en ellos.
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Las emergencias y las reconstrucciones a partir de nuestros terremotos, inundaciones, sequías y ahora tsunamis, siempre han generado controversia, discrepancias, descoordinaciones, injusticia e ineptitud en el accionar de algunos, lo cual resulta una paradoja pues somos un país de permanentes emergencias.
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Pese a ello, no tenemos la cultura ni la preparación suficiente para enfrentar estas emergencias eficientemente y menos para una reconstrucción sustentable y sostenible en el tiempo. Como ya ocurrió en el terremoto del 85, el terremoto de Tocopilla el 2007, la erupción del Volcán en Chaitén, las inundaciones permanentes en Santiago; por nombrar algunas más recientes.
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Las experiencias descritas no hacen más que confirmar que las reconstrucciones responsables no se construyen en el papel; muy por el contrario, se construyen en terreno con la gente directamente afectada, como se realizó por ejemplo en el año 85 a través de los comités de autoconstrucción y ayuda mutua que demostró ser una iniciativa efectiva en toda la zona central de Chile.
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También en este proceso de reconstrucción hay que reconocer por otra parte, el aporte y la iniciativa del mundo privado que ha jugado un rol importante en este desafío, y en segundo término asumir que sin la ayuda de ellos muchas de las soluciones implementadas no se habrían concretado, pues al estado le hubiese resultado imposible hacerse cargo del nivel de demandas que generó, por su magnitud, este fenómeno de la naturaleza.
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Es por ello que el espíritu de este seminario tiene como objetivos entablar una discusión académica y profesional de las acciones y soluciones que han sido emprendidas, y su estado de situación en el contexto de la reconstrucción del terremoto 27F, siempre con una visión prospectiva y sustentable, abordando tanto la escala territorial, urbana y local, como del objeto arquitectónico específico.
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En cuanto a nosotros los arquitectos, nuestro compromiso social debe estar siempre presente en estas circunstancias de emergencias y reconstrucción, en que se requiere del compromiso profesional creativo y eficaz en sus respuestas.
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Es por ello que, debemos aprender a diferenciar la planificación urbana y arquitectura ficción de la realidad concreta, contingente y necesaria para resolver los problemas de hoy, para que nuestra credibilidad como gremio quede incólume y sea un aporte efectivo a nuestra sociedad.
